CARTUCHOS VACIOS DE TINTA Y TONER… RESIDUOS DE MANEJO ESPECIAL

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CARTUCHOS VACIOS DE TINTA Y TONER… RESIDUOS DE MANEJO ESPECIAL

INTRODUCCIÓN

La historia y desarrollo de la humanidad se hallan inexorablemente vinculados al estado del medio ambiente. No obstante, muchas naciones del mundo, incluido México, enfrentan actualmente problemas ambientales derivados de su propio desarrollo, algunos de gran importancia y que requieren de soluciones que garanticen el futuro de las generaciones por venir.

Durante mucho tiempo, los temas ambientales carecieron de la importancia que requerían en la agenda de desarrollo de los países; sin embargo, la combinación de un mejor conocimiento de la situación del medio ambiente y los recursos naturales con los efectos sociales del deterioro ambiental –vistos, por ejemplo, en las enfermedades asociadas a la contaminación del aire, agua y suelos; la mayor severidad de los fenómenos meteorológicos y su consecuente pérdida de vidas humanas facilitados, así como la mala calidad y escasez; marcaron la necesidad de considerar el componente ambiental en las políticas de desarrollo. En México, al igual que en muchos otros países, el interés y reclamo de la sociedad por atender los problemas ambientales confrontó al gobierno con la preocupante realidad de la insuficiencia de conocimiento e información sobre los ecosistemas naturales que permitiera evaluar objetivamente la situación del ambiente y los recursos naturales, los factores que los afectan y el resultado de las acciones implementadas para detener y revertir su deterioro. En este contexto, uno de los pasos necesarios para formular estrategias y políticas de gobierno que conjunten armónicamente el desarrollo económico y la conservación del ambiente es contar con información suficiente y confiable.

Una de las acciones que ha desarrollado la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en este sentido, ha sido la creación y el desarrollo del Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales (SNIARN), que integra de manera organizada información estadística y geográfica relacionada con el medio ambiente y los recursos naturales del país, así como productos de integración y análisis, como son el Sistema Nacional de Indicadores Ambientales (SNIA)  y los informes sobre la situación del medio ambiente, entre otros.

El Informe sobre la Situación del Medio Ambiente en México, en su edición 2008, constituye una obra integral del SNIARN. El Informe está organizado en siete capítulos que abarcan tanto los principales factores que afectan al ambiente como la descripción del estado que guardan los componentes bióticos y abióticos del ambiente: población y medio ambiente, ecosistemas terrestres, suelos, biodiversidad, atmósfera, agua y residuos.

Las tendencias demográficas y las características socioeconómicas de la población mexicana se examinan en el primer capítulo. Además, se hace un análisis de la relación existente entre la población, la economía y el ambiente. En el capítulo dos se describe la situación y los usos de los ecosistemas terrestres en el país, así como los procesos que generan el cambio de uso del suelo (p. e., la deforestación, la degradación de la vegetación y su conversión hacia usos agropecuarios). Al final del capítulo se exponen las medidas y acciones gubernamentales implementadas para la conservación, uso sostenible y recuperación de los ecosistemas terrestres nacionales.

El suelo y su degradación es el tema del capítulo tres. Además de una breve descripción de los suelos y de sus existencias en el país, se presentan los resultados de las evaluaciones nacionales existentes sobre su pérdida y degradación, los principales procesos que los degradan y se examinan algunos de sus factores causales. Como parte final del capítulo, se expone el tema de la desertificación en regiones especialmente frágiles, como son las zonas áridas, y se muestran algunos avances en la gestión de los suelos.

En el cuarto capítulo se revisa la situación de la biodiversidad en México y sus amenazas más importantes, tanto a nivel de ecosistemas como de especies. Se expone la importancia de los servicios ambientales derivados de la biodiversidad, y, finalmente, las estrategias más importantes desarrolladas para proteger nuestra gran riqueza biológica.

Los temas de la calidad del aire, cambio climático y el adelgazamiento de la capa de ozono se abordan en el capítulo cinco. Se describen las emisiones de contaminantes a la atmósfera y su relación con la calidad del aire en las zonas urbanas del país que cuentan con estaciones de monitoreo. Se abordan también las causas, consecuencias y medidas tomadas para enfrentar el cambio climático global y la reducción del espesor de la capa de ozono.

La situación hídrica del país se trata con detalle en el capítulo seis, tanto en términos de la disponibilidad como de la calidad de este vital recurso. Se examina  la cobertura de servicios de agua potable y alcantarillado, así como la infraestructura disponible para el tratamiento de las aguas residuales. Es importante mencionar que, por vez primera en la edición del Informe, se ha incluido también la perspectiva ambiental del recurso, es decir, la importancia de los ecosistemas acuáticos –tanto marinos como continentales- para garantizar el aprovisionamiento de los bienes y servicios ambientales que producen, así como las actividades humanas que los amenazan y los instrumentos diseñados e implementados para su conservación.

Finalmente, en el capítulo siete se aborda la problemática de los residuos sólidos urbanos, de manejo especial y peligrosos. El análisis se hace considerando de manera integral su ciclo de vida, es decir, desde su generación hasta su manejo y disposición final.

La descripción de la situación del medio ambiente presentada en el Informe trata de incluir, cuando ha sido posible, una visión retrospectiva del fenómeno, todo ello con la finalidad de ubicar al lector en un contexto temporal más amplio. En algunos casos que se consideró relevante, también se ha incluido información dentro del contexto internacional. De manera similar a como se hizo en informes anteriores, en éste se ha optado por mantener una serie de recuadros, a lo largo de los diferentes capítulos, en los que se profundiza o se proporciona mayor información.  Estos textos pueden omitirse en la lectura del Informe sin afectar su continuidad, ya que están elaborados para ser revisados de forma independiente por aquellos lectores que tengan intereses particulares.

En el Informe, algunas de las estadísticas se presentan sintetizadas en forma de tablas, figuras y mapas, lo que permitirá al lector seguir, reafirmar o complementar lo expresado en el texto. Para el público interesado en consultar la información a detalle, en algunos párrafos se han adicionado referencias a los cuadros del Compendio de Estadísticas Ambientales -marcadas en color azul claro- y a los indicadores del Conjunto Básico y Clave –cuya clave aparece resaltada en negritas, ya sea como IB o IC, respectivamente, y acompañada por el logotipo del SNIA en el margen del párrafo en donde aparecen mencionados-. Los cuadros y los indicadores deberán consultarse en el disco compacto anexo a la obra, el cual incluye, además de la versión “html” del  Informe, el Compendio de Estadísticas Ambientales y los conjuntos completos de los Indicadores Básicos y Clave. No debe dejar de mencionarse que éstos y otros productos del SNIARN pueden consultarse a través del Internet en la dirección electrónica:
(http://www.semarnat.gob.mx/informacionambiental/Pages/index-sniarn.aspx).

El objetivo que subyace detrás de todo este esfuerzo de compilación e integración de la información ambiental disponible es el interés en que esta obra sea útil tanto para que las autoridades ambientales como la sociedad en general tengan una visión integrada de la situación ambiental en México. Estamos seguros que en la medida en que la sociedad y los tomadores de decisiones cuenten con más y mejor información, podrán tomar mejores decisiones en materia ambiental que contribuirán no sólo a detener el deterioro ecológico que sufre el país, sino también a promover un manejo sustentable de los recursos naturales y fomentar una cultura ambiental que contribuya a la conservación de la naturaleza. Esperamos que la información recopilada, tanto en el Informe como en la base de datos estadística y los indicadores del SNIARN, sirva de materia prima a los académicos y personas interesadas en los temas ambientales para que, después de analizarla, puedan contribuir con sus ideas y propuestas a mejores decisiones en beneficio del medio ambiente en México.

RESIDUOS DE MANEJO ESPECIAL

Los Residuos de Manejo Especial (RME) se definieron recientemente en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (DOF, 2003). En dicha ley se les incluye como aquéllos generados en los procesos productivos, que no reúnen las características para ser considerados como peligrosos o como residuos sólidos urbanos, o que son producidos por grandes generadores de residuos sólidos urbanos. Algunos ejemplos de residuos de este tipo se muestran en el Recuadro Residuos de Manejo Especial.

Debido a la reciente regulación de este tipo de residuos, en la actualidad no se cuenta con datos acerca de los volúmenes de generación para ciertas clases de ellos. La Figura 7.14 muestra la generación estimada de RME en 2005 para cuatro de los ocho servicios que los producen: la mayor parte corresponde a los de la construcción y demolición provenientes de obras para viviendas, comercios o la industria (77%); 18% a los lodos provenientes de plantas de tratamiento de aguas residuales municipales; 3% a los residuos generados por servicios de transporte (en su mayoría provenientes de las terminales de pasajeros y actividades administrativas y comerciales, así como del movimiento de las unidades) y 2% a los que se generan en las unidades médicas (Semarnat-INE, 2006).

 

 

 

De acuerdo con el Diagnóstico sobre la Generación de Basura Electrónica en México, la generación nacional anual de residuos electrónicos (entre los que se incluyen televisores, computadoras de escritorio y portátiles, equipo de audio y teléfonos celulares) se estimó entre 150 mil y 180 mil toneladas potenciales al año (IPN, 2007).

Según la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, los residuos de manejo especial son aquellos provenientes de:

  • Las rocas o los productos de su descomposición que sólo puedan utilizarse para la fabricación de materiales de construcción o se destinen para este fin, así como los productos derivados de la descomposición de las rocas, excluidos de la competencia federal conforme a las fracciones IV y V del artículo 5 de la Ley Minera.
  • Los servicios de salud, generados por los establecimientos que realicen actividades médico-asistenciales a las poblaciones humanas o animales, centros de investigación, con excepción de los biológico-infecciosos.
  • Las actividades pesqueras, agrícolas, silvícolas, forestales, avícolas, ganaderas, incluyendo los residuos de los insumos utilizados en esas actividades.
  • Los servicios de transporte, así como los generados a consecuencia de las actividades que se realizan en puertos, aeropuertos, terminales ferroviarias y portuarias y en las aduanas.
  • Tratamiento de aguas residuales. (Lodos).
  • Los residuos de tiendas departamentales o centros comerciales generados en grandes volúmenes.
  • Residuos generados por la construcción, mantenimiento y demolición en general.
  • Los residuos tecnológicos provenientes de las industrias de la informática, fabricantes de productos electrónicos o de vehículos automotores y otros que al transcurrir su vida útil, por sus características, requieren de un manejo específico.
  • Otros que determine la Semarnat de común acuerdo con las entidades federativas y municipios que así lo convengan para facilitar su gestión integral.

SITIOS CONTAMINADOS

El manejo ineficiente o inadecuado de las sustancias químicas y sus residuos puede resultar en sitios contaminados. Los sitios contaminados pueden definirse como aquellos lugares donde ha habido depósito, enterramiento o vertido de sustancias químicas o residuos, vinculados a actividades industriales, comerciales, agrícolas o domésticas. Entre las principales causas que pueden provocar la contaminación de un sitio están: a) la disposición inadecuada de RSU, RP y RME en terrenos baldíos, bodegas, almacenes y patios de las industrias; b) fugas de materiales o RP de tanques y contenedores subterráneos, tuberías y ductos, así como de alcantarillados y drenajes industriales o públicos; c) lixiviación de materiales en sitios de almacenamiento y donde se desarrollan actividades productivas, o bien, de rellenos sanitarios y tiraderos a cielo abierto; d) derrames accidentales de sustancias químicas durante su transporte; e) aplicación de sustancias químicas potencialmente tóxicas en el suelo, instalaciones y edificaciones; y f) la descarga de aguas residuales que contienen RP y sustancias químicas potencialmente tóxicas sin tratamiento previo.

Se distinguen dos tipos de sitios contaminados: 1) los denominados “pasivos ambientales”, de grandes dimensiones, con problemas de contaminación causados por el uso industrial del suelo y por el manejo inadecuado de los RP; y 2) los causados por emergencias ambientales (EA), cuya atención ocurre rápidamente una vez que se presentan (Semarnat, 2008).

Con el fin de dar tratamiento tanto a los pasivos ambientales como a las emergencias ambientales, en 2005 el país contaba con 169 empresas autorizadas para la remediación de sitios contaminados, con una capacidad total de tratamiento de aproximadamente 78 millones de toneladas por año. Un gran número de estas empresas se dedicaba a la remediación de sitios contaminados por hidrocarburos, en contraste con la prácticamente falta de atención de los sitios contaminados por metales (Semarnat, 2006). A nivel estatal, las entidades federativas con una actividad petrolera importante (como Veracruz y Tabasco) o con gran número de industrias (como el Distrito Federal y el Estado de México) contaban con la mayor capacidad instalada para la remediación de sitios contaminados (Mapa 7.12).

 

 

 

Pasivos ambientales

En 2004, se tenían identificados 297 sitios contaminados registrados con materiales o RP. De ellos, 119 se encontraban caracterizados, es decir, clasificados y priorizados de acuerdo al grado de riesgo que representaban para la salud y el ambiente, y otros 12 sitios se consideraban rehabilitados o en proceso de rehabilitación. Para el mes de abril de 2008, los sitios contaminados registrados se incrementaron en cerca de 12%, alcanzando los 333 sitios (Mapa 7.13, IB 5-3).

La Semarnat realiza diversas acciones para la gestión de los pasivos ambientales, entre las que se encuentran la evaluación de los impactos negativos ocasionados por los suelos contaminados; la dictaminación de los estudios de riesgo ambiental (ERA) y los programas de remediación de los sitios contaminados. En colaboración con otras instancias, la Semarnat tiene proyectos tanto para proporcionar información acerca de los sitios contaminados, como para su remediación (Semarnat, 2008), entre los que destacan: 1) el Proyecto “Desarrollo del Sistema Informático de Sitios Contaminados SISCO” en colaboración con la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ); 2) el Proyecto de remediación de la ex–fábrica “Cromatos de México S. A.” en el Estado de México en colaboración con el Gobierno del Estado Alemán de Baviera; 3) el Proyecto de remediación del sitio contaminado “Metales y Derivados”, Tijuana, Baja California en cooperación con el Programa “Frontera 2012” de la US-EPA; 4) el Proyecto de recuperación del sitio contaminado “Nuevo Mercurio”, Zacatecas; 5) el Proyecto de remediación del sitio “CYTRAR”, Hermosillo, Sonora; 6) el Proyecto de remediación del sitio “La Pedrera”, Guadalcazar, San Luis Potosí; 7) el Proyecto de remediación del sitio “Jales mineros” Nacozari, Sonora; y 8) el Proyecto de remediación del sitio “Techkem”, Salamanca, Guanajuato.

 

Fuente: SEMARNAT

http://app1.semarnat.gob.mx/dgeia/informe_2008/00_intros/introduccion.html

 DOF. Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos. México. 2003 (8 de octubre).

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